Calle arriba calle abajo calle arriba calle abajo. Arriba arriba abajo abajo. Todos los martes del mes de diciembre una de las gemelas de Alright, en un acierto de fuga, escapa de los brazos de su madre para saltar calle arriba calle abajo. Como perdida en una rayuela la niña salta desnuda hacia un cristal invisible que la obliga a recomenzar en otra dirección aparentemente aleatoria. Salta para ser más alta, grita su madre mientras la imagina señorita de cortesía -como llaman los mayores de Alright a las chicas pelirrojas del edificio nouvelle, a las afueras del pueblo- en un tiempo no muy alejado del final de esa rayuela.
Si el viejo tork la viera, seguro le arreglaba unas bragas de mimbre a medida.